
La gripe porcina (también conocida como influenza porcina o gripe del cerdo) es una enfermedad infecciosa causada por cualquier virus perteneciente a la familia Orthomyxoviridae y endémico en poblaciones porcinas. Estas cepas virales, conocidas como virus de la influenza porcina o SIV (por las siglas en inglés de «Swine Influenza Viruses») han sido clasificadas en Influenza virus C o en alguno de los subtipos del género Influenza virus A (siendo los más conocidos H1N1, H3N2, H3N3 —aislada a Québec— y H1N2 —aislada a Japón y Europa). Aunque la gripe porcina no afecta con regularidad a la población humana, existen casos esporádicos de infecciones en personas. Generalmente, estos casos se presentan en quienes trabajan con aves de corral y con cerdos, especialmente los sujetos que se hallan expuestos intensamente a este tipo de animales, teniendo mayor riesgo de infección en caso de que éstos porten alguna cepa viral que también sea capaz de infectar a los humanos. Esto es debido a que los SIV pueden mutar y mediante un proceso denominado reclasificación, adquirir características que les permite su transmisión entre personas. Adicionalmente, tienen la capacidad de modificar su estructura para impedir que las defensas de un organismo tengan siempre la misma eficacia, ocasionando que los virus ataquen de nuevo con un mayor efecto nocivo para la salud. Se cree que el virus responsable del brote de gripe A (H1N1) de 2009 ha sufrido de esta mutación, al «combinar información genética de tres diferentes virus H1N1, provenientes del ser humano, de los puercos y de las aves de corral». Los SIV se transmiten, de persona a persona, a través de la saliva y mucosidad, mientras que el contagio puede llegar a producirse con frecuencia en lugares cerrados y concurridos, en donde es díficil mantener una ventilación constante.
Historia Hospital militar durante la pandemia de gripe española El virus H1N1 es uno de los descendientes de la gripe española que causó una pandemia devastadora en humanos durante el periodo 1918–1919.11 12 Así como persistió en cerdos, los descendientes del virus de 1918 han circulado en seres humanos durante todo el siglo XX, contribuyendo a la aparición normal de gripe estacional cada año.11 Sin embargo, la transmisión directa de cerdos a humanos es bastante rara, con sólo 12 casos demostrados en los E.E.U.U. desde el 2005. El virus de la gripe ha sido considerado como uno de los más esquivos conocidos hasta ahora por la ciencia médica, debido a sus cambios constantes para eludir anticuerpos protectores que se han desarrollado tras exposiciones previas a gripes o vacunas. Cada dos o tres años, el virus sufre algunos cambios menores. Sin embargo, aproximadamente cada decenio, luego de que una gran parte de la población mundial ha logrado algún nivel de resistencia a estos cambios menores, el virus cambia drásticamente, lo que le permite infectar fácilmente a diversas poblaciones a través del mundo, a menudo afectando a cientos de millones de personas cuyas defensas inmunológicas no están adecuadas para resistir. El virus de la gripe también es conocido por cambiar de forma en periodos muy cortos de tiempo. Por ejemplo, durante la pandemia de gripe española, la oleada inicial de la enfermedad fue relativamente leve, mientras que la segunda oleada un año después fue altamente letal. En 1957, una pandemia de gripe asiática infectó a más de 45 millones de personas en Norteamérica, ocasionando la muerte de 70.000. Causó casi 2 millones de muertes a nivel mundial. Once años más tarde, desde 1968 a 1969, la pandemia de gripe de Hong Kong afectó a más de 50 millones de personas causando unas 33.000 muertes y ocasionando unos $3.900 millones de dólares en gastos. En 1976, unos 500 soldados se infectaron con gripe porcina en un periodo de pocas semanas. Sin embargo, al final de ese mes, los investigadores encontraron que el virus había "desaparecido misteriosamente". En un país como E.E.U.U. durante el transcurso de un año promedio, hay aproximadamente unos 50 millones de casos de gripe "normal", provocando la muerte de 36.000 personas. La mayoría de las personas afectadas hacen parte de grupos en riesgo (personas extremadamente jóvenes o ancianas, enfermos y mujeres embarazadas), siendo un gran porcentaje de las muertes producto de complicaciones como neumonías. Signos y síntomas En porcinos Los animales pasan por un cuadro respiratorio caracterizado por tos, estornudos, temperatura basal elevada, descargas nasales, letargia, dificultades respiratorias (frecuencia de respiración elevada además de respiración bucal) y apetito reducido. La excreción nasal del virus puede aparecer aproximadamente a las 24 horas de la infección. Las tasas de morbilidad son altas y pueden llegar al 100 por ciento, aunque la mortalidad es bastante baja y la mayoría de cerdos se recuperan tras unos 5 o 7 días tras la aparición de los síntomas. La transmisión de la enfermedad se realiza por contacto a través de secreciones que contengan el virus (a través de la tos o el estornudo, así como por las descargas nasales). Síntomas de la gripe porcina. En seres humanos La gripe porcina infecta a algunas personas cada año, y se encuentra típicamente en aquellos que han estado en contacto con cerdos de forma ocupacional, aunque también puede producirse transmisión persona a persona. Los síntomas en seres humanos incluyen: aumento de secreción nasal, tos, dolor de garganta, fiebre alta, malestar general, perdida del apetito, dolor en las articulaciones, vómitos, diarrea y en casos de mala evolución, desorientación, pérdida de la conciencia y ocasionalmente puede terminar en la muerte.
Prevención y tratamiento Las medidas de prevención adecuadas contra las diversas formas de gripe son las que buscan evitar la transmisión —como el aislamiento, o el uso de mascarillas— y las vacunas, que preparan el sistema inmunitario para resistir la infección cuando ésta se produce. Las distintas cepas de la gripe, incluida la gripe estacional común, son suficientemente distintas como para que la vacuna contra una no sea efectiva contra otras; la que se ha estado administrando para la gripe estacional no tiene ningún valor preventivo frente a la gripe porcina de 2009. Después de la crisis de gripe aviaria de 2005, los organismos internacionales y los sistemas sanitarios se prepararon para abordar el desarrollo y producción de vacunas específicas con que afrontar sin demoras una posible pandemia. El uso de antibióticos, aunque puede ser apropiado a veces —sólo en caso de infección simultánea con bacterias y bajo indicación médica— no tiene ningún valor preventivo, y sí los inconvenientes característicos del abuso de antibióticos: probable desarrollo de sensibilidad por el paciente, lo que anula la utilidad futura del tratamiento, y estímulo al desarrollo evolutivo de resistencia por las bacterias. El tratamiento sintomático es el propio de las gripes, basado principalmente en analgésicos. Sin embargo hay que tener en cuenta que en niños y adolescentes se considera contraindicado el uso de aspirina (ácido acetilsalicílico) en caso de infección severa por los virus A o B de la gripe (el brote de gripe porcina de 2009 es de tipo A) o por el virus de la varicela, por el riesgo de que se produzca un cuadro poco común pero grave llamado síndrome de Reye; para los pacientes de menos de 19 años se recomienda por ello el uso de analgésicos alternativos. El tratamiento causal se basa en antivirales, sustancias que interfieren con la multiplicación del virus. Hay dos clases de antivirales inicialmente útiles contra la gripe, de las que una —la de los inhibidores de la enzima vírica llamada neuraminidasa— conserva la efectividad y la capacidad de evitar un desarrollo grave de la gripe cuando se necesita. Son dos las sustancias de esta clase, el oseltamivir (cuyo nombre comercial es Tamiflu), y el zanamivir (cuyo nombre comercial es Relenza). Después de la alarma producida en 2005 por la gripe aviaria, los gobiernos han acumulado las dosis consideradas necesarias para frenar una posible pandemia y evitar sus consecuencias.
Epidemiología: brotes en humanos La gripe porcina ha sido reportada como causante de zoonosis múltiples veces en seres humanos, siendo usualmente éstas de distribución bastante limitada. La pandemia de 1918 en seres humanos se asoció inicialmente con el H1N1,reflejando la posible zoonosis del patógeno, ya fuera del cerdo a humanos o viceversa. La evidencia disponible de ese tiempo no es suficiente para resolver tal interrogante, ya que se creía originalmente que la cepa evolucionó de una mezcla de virus de la gripe porcina (al que los humanos son más susceptibles) y de la gripe aviar, en donde las dos cepas se combinaron en un cerdo infectado por ambas al mismo tiempo. En análisis posteriores en muestras de tejidos recuperados de ese año revelaron que se trataba de la mutación de un virus de gripe aviaria y que posiblemente no hubo tal combinación con virus de gripe porcina. Dicha pandemia de gripe española infectó un tercio de la población mundial (o aproximadamente 500 millones de personas en ese tiempo), y causó alrededor de 50 millones de muertes.
Brote de 1976 en los Estados Unidos El 5 de febrero de 1976, un soldado recluta en Fort Dix manifestó sentirse agotado y débil. Murió al día siguiente y cuatro de sus compañeros tuvieron que ser hospitalizados. Dos semanas luego de su muerte, las autoridades de salud anunciaron que la causa de muerte fue un virus de gripe porcina, y que esa cepa específica parecía estar estrechamente relacionada con la cepa involucrada en la pandemia de gripe de 1918. El departamento de salud pública decidió tomar medidas para evitar otra pandemia de iguales proporciones, y se le notificó al presidente Gerald Ford que debía hacer que cada ciudadano de los Estados Unidos recibiera la vacuna contra la enfermedad. Aunque el programa de vacunación estuvo plagado de problemas de relaciones públicas y todo tipo de retrasos, logró vacunarse, hasta el momento de su cancelación, a un 24 por ciento de la población. El presidente Ford recibe la vacuna contra la gripe porcina. Se estima en cerca de 500 casos la aparición de síndrome de Guillain-Barré, causados probablemente por una reacción inmunopatológica a la vacuna y de los cuales 25 terminaron en muerte por complicaciones pulmonares severas. Hasta la fecha, no se han encontrado otras vacunas de la gripe vinculadas al síndrome de Guillain-Barré.
Brote de gripe porcina de 1988 En septiembre de 1988, un virus de gripe porcina mató a una mujer en Wisconsin, Estados Unidos, para posteriormente infectar a varios cientos de personas. Barbara Ann Wieners, mujer embarazada de 32 años, tenía 8 meses de gestación cuando ella y su esposo Ed se enfermaron tras visitar una granja de cerdos en la feria del condado de Walworth. Barbara murió ocho días después, aunque los médicos lograron inducirle parto y lograron salvar a su pequeña hija antes de morir. Su esposo se recuperó satisfactoriamente. Se reportaron numerosos casos de enfermedades similares a gripe en ferias porcinas, y se detectó que un 76 por ciento del grupo de expositores tenían niveles positivos de anticuerpos contra virus de gripe porcina, aunque no se detectaron cuadros clínicos de la enfermedad. Estudios adicionales sugieren que entre uno y tres trabajadores de la salud que tuvieron contacto con los pacientes desarrollaron enfermedad leve similar a la gripe con evidencia de anticuerpos contra virus de gripe porcina Brote de 2009 por H1N1
Entre 2005 y 2007 el Centro para el Control de Enfermedades (Atlanta, Estados Unidos), reportó 5 casos de gripe porcina. El primer caso detectado en 2009 se detectó el 28 de marzo, según la conferencia de prensa ofrecida el 23 de abril del 2009 por la doctora Nancy Cox. Cronograma de el brote de Fiebre porcina de 2009, FoxNews (en inglés) En abril de 2009 se detectó un brote de gripe porcina en humanos, en México, que causó más de 20 muertes. El 24 de abril de 2009 el gobierno de la ciudad de México y el del Estado de México cerraron temporalmente —con el respaldo de la Secretaría de Educación Pública— las escuelas desde el nivel preescolar hasta el universitario, a fin de evitar que la enfermedad se extendiera a un área mayor. Hasta el momento se desconocen tanto el virus mutante que provocó la aparición de esta enfermedad en los seres humanos, como la vacuna contra la misma. Hasta el 24 de abril de 2009 se conoce que existen casos confirmados en humanos en los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Querétaro y Distrito Federal. En el municipio de Zumpahuacán del Estado de México se han reportado casos, algunos de los cuales han sido caso fatales. También se reportaron casos en Texas y en California, en los Estados Unidos. Según expertos, como el jefe del Departamento de microbiología del Hospital Mount Sinai de Toronto, el Doctor Donald Low, está por confirmarse la relación entre el virus de la gripe porcina H1N1 y el de los casos confirmados en México. Se ha recomendado a la población extremar precauciones de higiene: no saludar de beso ni de mano, evitar lugares concurridos (metro, auditorios, escuelas, iglesias, bancos, etc.), usar tapabocas y lavarse las manos constantemente con detergente o desinfectante como alcohol (alcohol en gel, por ejemplo) o hipoclorito de sodio (aunque este último está contraindicado, pues tiene efectos altamente tóxicos para la piel). En caso de presentar síntomas de gripe o temperatura elevada súbita, acudir a un hospital lo antes posible. En oficinas y cibercafés se recomienda limpiar teclados y ratones con alcohol para desinfectar y evitar una posible propagación del virus. El gobierno de la ciudad de México comenzó, el sábado 2 de marzo del 2009, a desinfectar a fondo las estaciones del Metro. La Secretaría de Salud (México) ha emitido una alerta por el brote en su sitio web. La Universidad Nacional Autónoma de México creó una página web especialmente para ofrecer información actualizada sobre el brote. Se sabe que el virus causante de la gripe porcina no se transmite consumiendo carne de cerdo probablemente infectada, ya que el virus no resiste altas temperaturas como las empleadas para cocinar alimentos.
Virus influenza tipo A, orthomyxovirus ARN. Las principales cepas implicadas en la gripe del cerdo son la H1N1 y la H3N2. Esporádicamente se han aislado otras cepas como la H3N3 (Québec) y la H1N2 (Japón y Europa).
Transmisión- Directa: se disemina rápidamente en la granja por aerosoles y por contacto directo.- Indirecta: aerosoles entre granjas, sobretodo en regiones de alta densidad porcina.
Signos clínicos Brote epidémico: cuadro respiratorio (tos, estornudos, disnea y congestión ocular) con fiebre alta, que se extiende al 100% de los animales. En cerdas, los estadios febriles pueden cursar con abortos. No suele haber mortalidad si no se superpone otra enfermedad. La recuperación se produce en 5-7 días, pero el impacto en la condición corporal es importante.
Lesiones - Respiratorias: neumonía catarral y exudado en las vías respiratorias. - Microscópicas: neumonía intersticial e hiperplasia del epitelio bronquial.
Diagnóstico- Identificación del agente causal: la sintomatología respiratoria sobreaguda y su escasa virulencia nos dan muchas pistas para su diagnóstico. A partir de secreciones nasales y pulmones de enfermos recientes: PCR, ELISA de captura de antígeno, inmunofluorescencia directa e inoculación en huevos embrionados de pollo. - Serología: inmunofluorescencia indirecta, ELISA e IHA.
Tratamiento, Prevención y Control El tratamiento es solamente paliativo de los síntomas (prescripción de antipiréticos y antibióticos para controlar infecciones secundarias). La vacunación es muy efectiva y se recomienda en zonas o épocas de alta prevalencia
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